jueves, 30 de abril de 2009

KKK

Cómo está el patio...
El capítulo IX podría titularse La detonación, porque en un minuto salta todo. Si las cosas les iban mal, ahora estarán mucho peor. Eso para los personajes, que para los lectores, que somos unos sádicos, el libro se ponen muy emocionante :-)
Los acontecimientos (o sus consecuencias) podrían dividirse en dos partes muy evidentes, y las dos me han gustado. Hasta yo, que no soy un shíper, padezco sólo de pensar lo mal que va a terminar la pareja Kiara y Kendal. Digo que van a terminar mal porque no podrán tener hijos. Con unos padres con semejantes iniciales, el hijo acabaría llamándose KKK. Y claro: como para cruzarse con Ubanaziel por el camino.
Fuera bromas, no sé qué futuro puede tener esta pareja. Porque aquí donde los vemos, tan acaramelados y odiosamente distantes, no hay posibilidad real a menos que Kendal descubra de golpe que tiene sangre real, y aunque el hecho de que fuese hermanastro de Marla le daría un toque muy exótico a la historia, esto no es Pasión de gavilanes. Mi apuesta es que terminan igual que empezaron, tonteando en eso que se dan los buenos días y el adiós. No pasarán, lo digo yo.
Mientras medio mundo anda angustiado por eso de la gripe porcina, yo estoy atrincherado en mi habitación tomando notas del noveno capítulo. Llevo mascarilla, pero no os penséis que os por miedo a contagios: la llevo desde el primer día, porque no quiero salpicar mi venerado ejemplar de Alas negras ni con minúsculas gotas de saliva. Eso sería una herejía que jamás me perdonaría la diosa Ahriel. Mi abuela dice que como me vean los vecinos va a cundir el pánico en la escalera, así que ya tengo una excusa para no salir de mi habitación. Lo único es que resulta muy incómodo comer un bocata de chóped sin quitarse la mascarilla, pero a todo se acostumbra uno.
¿Sabéis lo que hecho en falta? Un plano del mundo de Alas. Porque se habla de Karishia, de Saria, de Aleian y de algún sitio más, pero imagínate tú dónde está cada cosa. ¡Si llevo un lío sólo para averiguar dónde está el volcán, si donde Marla o donde Kiara! Soy pésimo con la geografía, lo admito. Hasta hace dos días pensaba que las islas Columbretes estaban en el atlántico, y las imaginaba como el paraíso. Menudo chafón cuando descubrí que estaban sólo a unos kilómetros de mi casa. Perdieron todo su encanto.
Y es que las cosas se han puesto muy mal para Ahriel. A ver, yo pienso que sobrevivirá. ¿Cómo no va a salvarse la heroína? Pero me dan yuyu las teorías que dicen que el final bonito es que vuelva con Bran. Esa gente se piensa que mi ángel es como Dana, y de eso nada. No porn ada Ahriel tiene un buen motivo para quedarse en el mundo, aunque sea para sobrevivir en una fétida celda de Aleian, y no sé yo dónde estaría lo bonito de una muerte en estos momentos. No lo sé, son ideas en el aire. ¡Que nadie me destripe el libro! Os tengo que dar las gracias, porque estáis siendo todos muy cuidadosos en los comentarios. Así da gusto :)

martes, 28 de abril de 2009

Un lío en el tiempo

Pasado el ecuador, empiezo a asimilar que se acabó lo que se daba. No me negaréis que el libro me está durando (no os digo la de veces que he releido los siete primeros capítulos porque os reiréis de mí) pero me da penita de pensar que queda menos de la mitad. ¿Y después, qué? ¿Vendo pañuelos en la calle? ¿Me convierto a una religión (¡como si el Ahrielismo no fuese suficiente!)? ¿Secuestro retengo ilegalmente a Laura Gallego hasta que escriba la tercera parte, que por cierto, podría titularse Alas Madrid?
Chistecico aparte (estoy triste, entendedme) me pregunto cómo puede ser que Alas #1 y Alas #2 no tengan un título "corporativo". Vale, sí, lo obvio es que sean la sala de Alas, pero como que no me termina de convencer. Laura Gallego tituló a su obra magna Memorias de Idhún, independientemente del título que tuviese cada libro. Su nueva saga es Sara y las Goleadoras (los títulos de cada libro son harina de otro costal, y desmerecen -por lo menos el primero, que es lo qeu he leído- el libro por completo). Me diréis que Alas de fuego no iba a tener continuación, pero tampoco la tenía El Valle de los Lobos y luego Laura inventó eso de Crónicas de la Torre. Así que, ¿por qué Alas no iba a tener su propio título de saga?
Como soy un trozo de pan, aquí dejo mi lista de propuestas:
  1. Memorias de Gorlian
  2. Crónicas de la cárcel.
  3. Dos velas para el Furlaag.
  4. La coleccionista de centros penitenciarios.
  5. La Emperatriz de los Infiernos.
  6. Finis Angelus.
Vale que tengan un nosequé familiar, pero si he elegido estos títulos es porque Laura Gallego no podría decir que no le gustan. Yo dejo aquí la propuesta, no sea que alguien de Laberinto la lea (¡me enlazan desde alasnegras.es, qué pasada!) y acabe figurando en la página de Agradecimientos. Todo se andará.
Pero jo, siempre me lío. Estaba hablando del octavo capítulo, y empezamos mal, porque el título no me ha gustado. Hogar: resulta insulso, nada ahrielético (y lo pongo sin advertencia porque quien vea un espóiler en eso, es que tiene poderes suficientes como para adivinar el próximo número de la lotería. En ese caso, que se acuerde de mí). 
Título al margen, reconozco que no ha sido mi capítulo favorito: básicamente, porque espóiler--> casi todo se podía imaginar leyendo el anterior. Eso sí, genial el lío temporal entre éste y el anterior, eso me ha encantado. Y que Cosa fuese el engendro de la jaula, ¡pero qué ricura! Menudo horror escuchar esas cosas tan feas de boca de Ahriel, pero no hay que tenérselo en cuenta. Esto de misma historia, dos versiones, me ha parecido sumamente original. Porque hay dos formas de llevarlo a cabo: una guay, que muy pocos autores pueden, y otra cutre, que es lo que hacen la mayoría. Pero ya sabemos que Laura Gallego es de los guays, ¿cómo si no iba a tener un fan tan molón como yo, que hasta le prepara pastel por su cumpleaños? (me lo como yo, ¿¡Y QUÉ!? Está invitada a Alicante cuando quiera).
El libro sigue, y a qué ritmo, con las dos principales tramas -o corrientes, mejor dicho- a punto de unirse. No puedo esperar el momento en que Ahriel otro espóiler--> abrace a su hijo, le propine un beso en la frente, le obligue a limpiarse las uñas y hasta le obligue a ir a natación, como hacen la mayoría de las madres. Va a ser bonito no, lo siguiente ^^ y espero que sea pronto, porque no puedo soportar por un minuto más esa separación tan desgraciada. ¡Ay, que esto sigue!

domingo, 26 de abril de 2009

7 es siete

Estoy triste. Ya he leído la mitad del libro (suponiendo que tiene catorce capítulos, claro, y que no tenga epílogo) y cuando acabes esta entrada, tú también habrás leído la mitad de mis análisis. Te lo digo para que empatices un poco conmigo, con la penita que da ir acabando (o medio-acabando) lo que te gusta.
El capítulo Siete (no diré el título para no espoilearos) me ha encantado, me ha dejado patidifuso, me ha demostrado lo tonto que puedo llegar a ser. ¡Me han dado gato por liebre, yo que pensaba que podía predecir lo que iba a suceder! Por todos los demonios, ¿cómo hemos permitido que nos engañen de esa forma? (y conste que lo digo con la mejor intención, porque para mí un libro es bueno cuando es a la vez impredecible y coherente, y aquí se suman las dos). Lo siento, pero tengo que espoilear. Selecciona si quieres mojarte ---> Todavía flipo con el plan de Marla y Shalorak... ¡y yo que pensaba que la mala malísima era una víctima, y en realidad estaba compinchada! Menudo shock, y qué brillante. Mi enhorabuena a la escritora. Es una resolución (y sigue...) absolutamente genial <--- Fin del espóilerazo.
Me intriga el nuevo personaje de este capítulo, el que acabo de mencionar. Por ahora no me formo una opinión, esperaré un poco para ver cómo se mueve. Dios, sigo shockeado. ¿Cómo he podido ser tan tonto? ¿Cómo pude fiarme de ella, la asquerosa Marla? Las he pasa'o canutas por ver a mis personajes favoritos (después de, llamémosle, Cosa) sufriendo tanto, pero supongo que eso es lo que convierte a los grandes personajes en personajes grandes. Me pregunta si Laura Gallego tenía pensada esta guarida hace cinco años... ¿cuánto es improvisado y cuanto estaba pensado? No sé, pero en cualquier caso mola.
Me da rabia que Marla vuelva a tener la sartén por el mango. Es como: "¿ES QUE NUNCA NOS LIBRAREMOS DE TI?". Pero no pierdo la fe, porque la fe es lo último que se pierde. Sólo espero que cuando termine el libro acabe en el Infierno, en el más profundo de los círculos, limándole los callos al mismísimo Lucifer. Una mala así no puede salir dos veces impune.

sábado, 25 de abril de 2009

Sin alas en Arahuetes del Señor

Claro, debes estar preguntándote dónde he estado.
"¿Qué le habrá pasado a Brel? ¿Le dio un infarto al leer el sexto capítulo? ¿La dependienta acabó encontrándole y le mató? ¿Se habrá cansado de contarnos sus aventuras y frikadas?".
No, nada de eso (aunque todavía me escondo en la despensa cuando oigo el timbre de la puerta; Andrea P. acecha). Lo que pasa es que ayer me fui a Arahuetes del Señor. El pueblo de mi abuela. Ahí no hay ordenadores. Ahí no hay internet. Ahí no hay civilización. Sólo viejos.
Para que quede bien claro: no tengo nada contra la gente de la tercera edad. Me parecen seres entrañables, la prueba de que todos nos convertimos en frikis al llegar a cierta edad, y hay que serlo y mucho para tragarse el programa Saber vivir todas las mañanas. Un auténtico frikazo. Pero los abuelos tienen algo negativo, y es que rechazan todo lo que les resulte extraño. El euro les resulta extraño. La televisión digital les resulta extraña. Laura Gallego, a menos que les digas que era una de los niños de Fátima, les resulta horriblemente extraña.
Arahuetes del Señor tiene cuarenta habitantes y todos son frikis encubiertos, claro que no te atrevas a decírselo. "¿Friki? ¿Eso qué es?", te diría la más amable. El que no, que son la mayoría, sacaría la escopeta de debajo del cojín y soltaría tiros hasta que estuvieses de vuelta en la civilización. Ándate con cuidado si alguna vez vas al pueblo de mi abuela.
Y mi abuela, que es un trozo de pan que se ha acostumbrado demasiado rápido a Alicante, no entiende que no puede contar a sus antiguos vecinos lo que soy yo. Les dice, como quien cuenta el último episodio de Perdidos, que su nieto tiene la habitación atiborrada de pósters de libros, que una vez fue a Madrid a la presentación de un libro ("Y volvió con unas alitas en la espalda") o que todos los años planta una tienda de campaña en la Feria del Libro de Valencia para ser el primero de la fila cuando Laura Gallego llegue a la caseta. Ella lo dice con normalidad, porque está curada de espanto (la pobre ya tiene callos sobre callos de tanto hacerme bocatas de chóped) pero los arahuetinos saltan perturbados. Y me señalan. Y se ríen. Y dicen que soy atontolinao, y que si mi madre no me ha llevado todavía a que me vea el psiquiatra. No voy a insistir en el tema de mi psiquiatra imaginario, porque imagino que estáis hartos: él mismo me ha aconsejado que no le vuelva a mencionar.
Así que esa es la razón por la que ayer no escribí: estaba incomunicado. Pero lo hago hoy, con el doble de ganas, para decir con mayúsculas a lo hoy(l)igan QUE ME ENCANTA EL PERSONAJE "RESCATADO DEL SEXTO CAPÍTULO. Demonios, qué a gusto me he quedado.
Este es uno de mis capítulos favoritos hasta el momento y es gracias a Karmac, o Loco Mac, que yo lo siento por él pero lo tenía por muerto. ¡Pobre como se entere, con la rabia que le da que se lo digan! Me encanta cómo suena Karmac y me pregunto si Laura Gallego tendría esto pensado cinco años trás. Es igual, ¡mola! Porque la historia que cuenta es apasionante, y me estoy volviendo adicto a estos "cuentos" (el de Uba ya me encantó).
Además, que siempre es un placer saber más de, llamémosle, Cosa. ¡Y tengo el primer shíper! Bueno, al principio era Zor+Cosa, pero ahora es un poco Karmac+Cosa. En realidad es una tapadera literaria, porque todos sabemos que Cosa sólo me quiere a mí. Fuera bromas, y suponiendo que, llamémosle, Cosa sobrevive hasta el final... ¿creéis que encontrará pareja? Ay que se avecina un espóiler---> ¿Creéis que hay demasiados prejuicios como para que se junte con un humano? ¿Sólo puede encontrar el amor de un engendro? Pues qué injusto. Espero que no. Que acabe con Zor, Karmac, Uba o en su defecto, y si no es sacrificio, conmigo. Me decepcionaría mucho que debido a su aspecto tenga que resignarse a un final de vida de soledad. ¿Acaso no era feo Kirtash, y Laura Gallego fue lo suficiéntemente solidaria como para juntarle con Victoria? Pues esto es lo mismo. <---Que se acabó el espóiler.
Mañana más. Es lo que pasa cuando uno pierde un día en Arahuetes del Señor. Si Alas negras llegase a manos de alguno de sus vecinos, pensaría que es un aviso del Apocalipsis. Como para regalarles Finis mundi, ¡peor!

miércoles, 22 de abril de 2009

Más "marla" que un dolor de muelas

Odio a Marla. No es mala, es peor. Y tenía que acabar apareciendo en Alas negras tarde o temprano.
No me malinterpretéis: no es que no quisiese que saliese, sino que sale, ¡y me ofusco! Si yo entiendo que es un personaje cañero y todo eso, pero como friki que soy también tengo mi corazoncito (un poco afofado por culpa de los ganchitos, pero ese no es el tema) y ver tanta maldad impresa me produce urticaria, si supiese lo que significa. Estoy tan cabreado que el psiquiatra (ese que no tengo, pero que menciono para rebajar la tensión) me ha
 recomendado escribir una canción. Yo he cogido una guitarra -del Guitar Hero. ¡Soy friki, no artista!- y esto es lo que he compuesto:
Ay, qué mala eres, Marla,
nunca pides las cosas "por favor".
Tú no te relajarías siquiera
con un chaletito en Marina D'Or.

Siempre pensando maldades, ¡qué espanto!
como aquello que le hiciste a la buena Ahriel.
Enviarla a Gorlian, con las alas atadas.
¡Deberían encerrarte en un cuartel!

Como reina fuiste mala,
como condenada peor.
Cuanta falta te hicieron
dos guantazos de tu mentor.

¡Ay, qué Mala!
Nunca rebobinas el video de la comunión.
¡Ay, qué mala!
Te dan medio colgante y lías una revolución.
No sé. A lo mejor me grabo en YouTube y me presento al casting de Operación Triunfo. Si no me cogen por la voz, ¡lo hacen por ser friki! Somos la sensación, qué se le va a hacer.

Este quinto capítulo me ha gustado a ratos y a otros no. Me ha gustado por la parte en la que vemos a Marla hecha trizas, yo que soy un poquillo sádico, viéndola humillada y en la ruina. No me ha gustado por la parte en la que aparece ese demonio al que Ahriel tiene que derrotar y toda la pesca, jopé. Además, que estaba muy claro que la prota iba a ganar y nunca me han gustado las batallitas, salvo cuando hay mucha sangre y mueren por lo menos 4/5 de los personajes. Si mi psiquiatra dice que desear tantas muertes es un problema mental. Claro que como no tengo problema mental, mi psiquiatra no existe. ¡A ver si te enteras que no lo necesito!
Lo que me ha dejado petrificado es la historia de Uba, ya sabes, Ubanazicachurropapanata-de-nombre-impronunciable. Menuda pasada de personaje, ¡qué grande la Gallego! Y Furlaag, para darle de comer aparte. Claro que si se ha portado mal con Marla, yo casi le hago un hueco en mi altar de deidades, junto a Ahriel, Nevado y el hombre de la W de la Real Academia. Si ese tío todavía no ha pedido la baja por depresión, es que es un dios en toda regla.

Posdata: Cosa (por llamarte de algún modo, porque no quiero espoilear), te juro que te echo de menos. No sé, intento imaginar la vida sin ti. Pero me motivo de pensar que el capítulo que viene (ESPERO) volverás a mi vida. Confío en que estés tan ilusionada como yo.

lunes, 20 de abril de 2009

C'est l'amour

Mamá, me he enamorado.
Digo mamá por no decir mundo, porque quiero declarar a los cuatro vientos mi amor por un personaje del capítulo IV que para no espoilearos llamaré Persona, Personaje o, más ambiguo, Cosa. Ya sé que suena poco romántico, pero es que entre nosotros dos hay tanta química que dejamos los nombres al lado para decirnos "cariño", "cosita" (diminutivo de Cosaque sin embargo suena radicalmente distinto) o "mmmmorrr". Tú me entiendes.
En este capítulo volvemos a las aventuras de Zor, lo que prueba que la cosa va de pares e impares. Impar Ahriel, par Zor. Y los dos con sus respectivas parejas, Uba y, llamémosle, Cosa. Está claro que los viajes sin compañía son mucho más aburridos, o si no que se lo digan a Bipa, la pragmática (Bipa siempre va acompañada de "pragmática", igual que Juan Carlos I de "campechano") de La emperatriz de los Etéreos, otro de mis libros de cabecera cuando me permito ser un poco hereje y dejar el culto a los ángeles. Si todos nos encariñamos con Nevado, no os voy a decir lo que sentiréis por, llamémosla, Cosa. Eso sí: olvidaos de ella, porque ya está conmigo.
Es que estoy muy feliz. El libro me está encantando, y tenía pánico a que me decepcionase (es lo que pasa cuando conviertesAlas de fuego en un libro sagrado: como Alas negras no esté a la altura del Nuevo Testamento, la lías parda). No sé qué habría hecho en esa ocasión: seguramente hubiese secuestrado retenido ilegalmente a Laura Gallego hasta que lo reescribiese a mi gusto, con final Ahriel+Brel incluido. Ahora mismo Ahriel no me interesa, no tanto. Sólo existo para, llamémosle, Cosa.
Selecciona para sufrir un espóiler en toda regla ---> Me encanta eso de dejar espacios en blanco. Es como escribir con zumo de uva, la madre de las tintas invisibles. Yo tengo mi edición de Alas de fuego llena de notas invisible (y lo admito, corazoncitos en Ahrieles y Marlas tachados, porque ME DA AS-CO) porque temo el día que mi hermana la engendro se le ocurra leerlo (ella, que sólo lee el horóscopo de la SúperPop y tiene que darse un descanso en 'Acuario' porque ya está agotada de tanta letra) y descubra mi frikismo secreto. Bueno, ¡a lo que iba! Me encanta Zor. ¡Qué tío más grande! ¿Es el hijo de Ahriel que os imaginabais? ¡Porque yo no, y eso es MEJOR! Cuanto más impredecible, mejor. Yo pensaba que el hijo de Ahriel (por descontado, Brel) sería más pequeño, y también que estaría con su madre desde el principio. ¡Y ahora va y se cruza con un (una) engendro. Nunca me hubiese imaginado algo así. Y una engendro que mola, nada que ver con el ex-Rey de la Ciénaga. ¿No os parece adorable? Es tan, tan... Cosa... <--- Fin del espóiler en toda regla.
No me gusta, vaya que no, que Ruk y el resto de rufianes vuelvan a liarla. ¡Pero que le dejen en paz, demonios! Esa parte me sobra un tanto, pero todo sea por ver a, llamémosle, Cosa, en su esplendor. Tan buena, tan, tan... si mi madre lee esto, va a querer conocer a su nuera. ¡Como para decirle que es un libro! Y la abuela lo llevaría fatal, me saldría con eso de que ya no va a poder volver al pueblo porque todos la señalarían.
-¡La abuela del friki que se enamoró del personaje de un libro!
-¡Es esa! ¡Mírenla!
No, nunca me lo perdonaría. Mejor no se lo digo. Además, así me sigue trayendo los bocatas de chóped. Qué buenos los hace.
Lo que tengo que admitir, más me pueda el amor, es que mi cielito lindo necesita ir al logopeda. Por lo menos, un diccionario de la R.A.E. sobre la mesa, porque menudo escándalo leerla. Si yo ya padecí el lenguaje de los shizs, y ya no digo de los yan (¡qué trauma me quedó de aquello!) lo de, llamémosle, Cosa, está llegando a puntos exagerados. Pero se supone que el amor es la mejor forma de aprender idiomas, ¿no? Yyyo ssstttoyyyy dddsspstttooo a qqee m'ennsñe a habbblaarrr 'sssí.

Posdata 1: Ya he visto que el siguiente capítulo se llama Marla. ¡Menudo miedo!
Posdata 2: ¿Creéis que Ahriel se pondrá celosa si se entera de mis nuevos sentimientos? No se lo digáis, que va armada. ¡Así me da más miedo que Marla!

sábado, 18 de abril de 2009

Un capítulo infernal (tú me entiendes)

Qué miedito he pasado. Pero por favor, ¡Alas de fuego no daba tembleques, y en este padezco en cada página que paso! Porque señor, he llegado al capítulo tres, Infierno (Laura Gallego se ha empeñado en ahorrar palabras en los títulos. Apuesto que el siguiente capítulo se llama "A" o ".", superándose a sí misma).
Volvemos a encontrarnos con antiguos personajes como Kiara y Kendal, reina y súbdito de Siara, que dime tú si no se traen un rollito extraño que huele a romance seguro. A mí Kiara me cayó muy bien en Alas de fuego, igual que Kendal, claro que los encontraba más secundarios de lo que parecen ahora. ¡Quien avisa no es traidor, dirá la autora! A mí me encantaría que acabasen juntos, como Kiaraitos y Kendalitas, pero todo se andará. La de vueltas que dan los libros.
Vueltas no dan, porque van directos, Ahriel y Uba (hay confianza: yo le llamo como quiero, hombre) de camino al Infierno. Es curioso: ¿Por qué la ciudad de los ángeles es Aleian y sin embargo el Infierno es Infierno? No sé, podría tener un nombre propio. Salfumian. O Parador del Averno. Algo que no sea tan obvio. Para obvio el color: rojo. Qué estereotipado, ¿no os parece? Aleian todo blanco, Infierno Hotel rojizo. Eso es como pensar que en España nos pasamos el día bailando flamenco. La historia de los demonios me ha molado más, o será que todo lo que cuenta Uba suena emocionante. Ya me suponía yo que si Ahriel venció al Devastador será que no son tan fuertes, per es curioso eso de que son muchos porque se reproducen constántemente. ¡Gerde se lo pasaría bomba con ellos!
El diablillo es la causa de mis pesadillas. ¡Pero qué mal rollo el bichejo! Y eso que es de los débiles, que cuando se encuentren con el mandamás del resort la van a pasar flacas. No sé a vosotros, pero a mí me ha puesto histérico. ¡Qué estrés de lugar, caramba! ¡Qué tensión! ¡Qué todo! Eso sí: innegable el recuerdo de Gollum (el guapo de El Señor de los Anillos, ese) y especial mención al modo en que Uba se despide de él: "Adiós", le dice. Y se queda tan pancho.
  1. Hay que tener un poco de mala leche para enviar a Dios (a+dios) a un diablillo. Es como enviar a una obesa a la Feria del Embutido: no quieres que sobreviva.
  2. ¿Pero es que hay Dios en este mundo? Porque en el cielo, más conocido como Aleian, la que parte el bacalao es Lekaiel, y esa no tiene ningún triangulito ojado sobre la cocorota.
Me pregunto qué buscará Uba en el Infierno, porque es evidente que a por algo va. Ese no va a contemplar las vistas, desde luego. En fin. Me ha encantado este capítulo, y sobre todo porque me sé Alas de fuego de memoria y no necesitaba hacer grandes esfuerzos para recordar todos los personajes. Como van a seguir moviéndose por el Infierno, el diablillo me parece una toma de contacto estupenda.
Voy a comerme el bocata de chóped que me ha preparado la abuela. Luego sigo leyendo. ¡Qué gran libro, por todos los demonios! Dejad comentarios, anda. Son muy otra fuente de alimentación.

jueves, 16 de abril de 2009

El del nombre tan esperado

Sigo leyendo... y anda que lo estoy disfrutando, y releyendo, y volviendo a esa página, y a esa otra, y haciendo todo lo posible para que el libro me dure el máximo tiempo posible. Si hasta salgo a poner la mesa, y mi madre me mira con cara de estupefacción.
-Pero hijo, ¿qué haces poniendo la mesa? ¿Es que te ha entrado fiebre?
-No, madre. Es que así hago tiempo y me dura más Alas negras.
Mi hermana, a la que no voy a nombrar porque tiene un nombre muy raro y estoy seguro que si lo escribo aquí no tardaría ni dos minutos en encontrar el blog, porque sería el único resultado al auto-buscarse en Google, ha cogido el libro y me ha amenazado con destriparme el final. Yo he estado a punto de tirarle el último número de la SuperPop por el retrete, pero la abuela ha empezado a chillar y se ha evitado el desastre, el suyo y el mío. Entonces he podido seguir con Alas negras, capítulo dos.
Y sólo he necesitado una palabra, una mísera palabra, para gritar de la emoción.
Esa palabra es un nombre, naturalmente. Podría sentirme hundido porque fíjate, mi nick iba precisamente de eso, pero es que me encanta el que Laura Gallego ha elegido.
Selecciona para leer espóilers ---> Zor. ¿No es alucinante? Podría haber sido Urraca. Podría haber sido Halcón. Pero nada más sonoro y bonito que Zor. Reconozco que al principio del capítulo no estaba seguro de que fuese él. ¡Oye, nunca se sabe! Pero en cuanto lo he sabido, mi cara era de retrato.
Hay un par de frases que me han encantado, como cuando Torken habla del cochinillo asado (he aquí una representación gráfica de cómo sería) o cuando Ruk dice eso de "al final resulta que era tan zorra como las demás". ¿Pero con qué mujeres trata este? ¿Con Gerdes?
No sabría decir si este capítulo me ha gustado más o menos que el anterior, porque es distinto. Aquí hay más acción, hay una gran revelación onomástica (La Gran Revelación Onomástica, quiero decir. Que me perdonen el resto de fieles) y me encanta el personaje ya-sabes-quién. Oye, y volver a Gorlian en plan masoca no está nada mal, al menos desde la comodidad del sillón y con un bocata de chóped en mano. Es curioso: este libro tiene títulos en los capítulos, el anterior no. ¿Significará algo? ¿Debo juntar las palabras? ¿Encontraré el nombre del asesino si junto cada primera letra?
Me voy a tender y poner otra lavadora. Tengo a mi madre impresionada, pero es todo gracias al libro y que quiero que me dure. Al final, si yo no secuestro retengo ilegalmente a Laura Gallego para que escriba una tercera entrega, lo hará mi progenitora.

martes, 14 de abril de 2009

El Día D

Ya no oígo la sirena de la policía. Será plan de salir del armarito de la despensa y desentumecer los músculos. Creo que no me han visto entrar a casa. Menos mal que mi madre no está, o ya habría llamado al 112. La abuela no es problema: se pone El juego del Euromillón y no hay quien la mueva del sillón. Sólo espero que se acuerde de prepararme los dos bocatas de chóped al día. Y que no abra la puerta a las autoridades.
Porque casi robo el libro.
Y casi me doy a la fuga.
A ver. Voy a dejarlo claro: robar es delito. Es más: robar está muy mal. Yo lo denuncio y lo repudio, pero demonios, ¿acaso no está peor no poner Alas negras en el escaparate el día del lanzamiento? Esa dependienta debería estar ahora picando rocas en Siberia, y no despachando novelas de Corín Tellado a diestro y siniestro, que es lo que hace sin ningún tipo de remordimiento ni secuela emocional. Esa dependienta, de nombre Andrea P., ha estado a punto de fastidiarme el Día D.
Te pongo en contexto: Brel, feliz friki de tupé dorado, recorre la calle principal del municipio de Alicante en busca de una librería. Es mediodía. La tienda Libritos de tomo (es un nombre inventado para no hacerles publicidad, ni de la mala; fíjate que he hecho un juego de palabras con los sanjacobos del que mi profe de Lengua estaría orgulloso) es de las más grandes de este mi municipio, y ahí entro yo con mi billete de veinte euros en la mano y la otra extendida para recibir tan deseado ejemplar. Junto al billete también llevo el justificante de depósito de la tintorería, que mi progenitora no ha podido evitar hacerme un encarguito. Tiene el don de la oportunidad.
Alas negras no está en el escaparate.
-Ay, lo siento -se excusa Andrea P., a la que ojalá pudiese destriparle el libro que se está leyendo ahora sólo por sentir un poco de satisfacción. Tiene la voz de pito. Al menos yo la describo así-. Es que el libro nos acaba de llegar. No hemos tenido tiempo de ponerlo en el escaparate.
-Ya, pero es Alas negras -digo yo, manteniendo la compostura. Soy un chico muy correcto, no te vayas a pensar-. Tiene que estar en el escaparate.
-Es que me acaba de llegar un pedido de Corín Tellado y... ¿seguro que no prefieres un libro de ella? Aquí tengo El idilio amoroso de mi mejor amiga con mi consuegro y la madre que les parió, está muy de moda...
-No, no quiero Corín Tellado. Quiero Alas negras, de Laura Gallego García. ISBN 978-84-8483-388-8. Ediciones Laberinto. Impreso en...
-Vale, vale, ya lo he pillado -Andrea P. se hace la ofendida-. Pues fíjate qué suerte, pero todavía no he metido los datos en el ordenador, así que vas a tener que esperar. ¿Seguro que no prefieres El idilio amoroso...?
-¡¡¡NO!!!
A punto de irme, Andrea P. se ha dignado a abrir la caja repleta de ejemplares de Alas y después de veinte interminables minutos, me ha dado mi ejemplar archivado y pasa'o por caja.
-Esto es Alas de fuego. Yo le he pedido Alas negras.
-¡Pero si es casi lo mismo! -me suelta Andrea P., cuando más cerca estoy de estrangularla.
Otros veinte minutos para Alas negras (ya volveré a por Alas de fuego, pero la urgencia es la urgencia) y cuando voy a pagar, me dice que no tiene vueltas para mi billete.
-Mire, ¡me da igual! ¡Quédese los dos euros de cambio! ¡Pero deme el libro de una puñetera vez!
-Lo siento, pero tengo prohibido quedarme vueltas: política de empresa. Si te llevases un libro de veinte euros todo sería distinto. Fíjate que justo ese es el precio de El idilio amoroso de mi mejor amiga con...
En ese momento pierdo la paciencia y me llevo Alas negras. Prueba de mi buena fe, le arrojo el billete de veinte euros contra la jeta, y que se los quede ella si le da la gana, ¡que yo me marcho a leer el libro y no me vuelven a ver! Andrea P. suelta un grito y yo me pongo a correr. Salgo a la calle, con mi enemiga al acecho, y huyo de ella a toda velocidad. Me persigue durante unos cinco minutos, en los que yo no suelto el libro ni por un segundo. ¿Pero qué hace esa loca, si le he dado el billete de veinte euros? No tardo en averiguarlo.
Alcanzo el autobús que me lleva a casa (más bien, cualquier autobús; el caso es dejarla atrás) y las puertas se cierran a mi paso. Andrea P., la amable librera, suelta improperios desde el otro lado de la puerta, pero ya es demasiado tarde. Todavía puedo oirla gritar.
-¡Estás loca! -le digo-. Te he pagado el libro. ¿Por qué me has perseguido?
El autobús está a punto de arrancar cuando averiguo la respuesta. Andrea P. alza la mano, me muestra un papel y lo estrella contra el cristal del autobús.
No es el billete de veinte euros. Es el justificante de depósito de la tintoreria. Le he pagado con un simple justificante. El billete descansa en mi bolsillo, y ya es demasiado tarde para cambiarlo. Soy un fugitivo.
Es la primera vez que salgo de la despensa desde que he llegado a casa hace unas horas. Al menos he podido leer ahí dentro, y he empezado por el capítulo uno (sí, el mismo que comenté ayer). Luego sigo. No sé cuanto tiempo necesitará Andrea P. para dar con mi casa, ahora que tiene todas las pistas es un recibo de papel. Sólo espero terminar Alas negras para entonces, pero prometo enviar el dinero en una carta sin remitente. Palabrita de friki.

lunes, 13 de abril de 2009

Contando las horas

Qué sinvivir, de verdad. Mañana sale publicado Alas negras y me he tenido que encadenar al radiador, a lo Ulises con las sirenas, para no salir a las calles de Alicante a buscar un ejemplar llegado antes de hora. Si el libro sale el catorce, ¡tendré que aguantar hasta entonces! Y no es fácil, palabrita de friki. Pero por suerte cuento con el primer capítulo para ir abriendo el apetito.
Se llama Consejo y comienza con Ahriel en la Ciudad de las Nubes, Aleian. No sé a vosotros, pero a mí el nombre me provoca la imagen de algo tremendamente ligero. De eso se trataba, ¿no? Nuestra protagonista debe unas explicaciones a sus superiores, pero en lugar de eso va a pedirles permiso para ir hasta el mismo Infierno en busca de Marla... y algo que le pertenece.
Tiene narices que se atreva a pedir algo así. Yo no entiendo que lo haga... debería ir al Infierno, ¡ella sola y sin dar explicaciones! Así lo único que consigue es que se lo prohiban, o en el mejor de los casos, que le pongan un canguro de nombre Ubana... No. Urbana. No. Urfano. No. Urbdwsew. No. Casimiro. No. Urbdaeb. Tampoco. Ubanaziel, ¡eso! Menudo nombre tiene el condenado. Por cierto, ¿soy el único que le imagina con rastas? Me monto películas con los peinados de cada uno: si Uba (desde hoy, Ubanaziel es Uba) se da aires de jamaicano, a la presidenta Lekaiel, con su trenza enrollada a la cabeza y esos aires de poder, me la imagino clavadita a Ю́лія Володи́мирівна Тимоше́нко (no pruebes a pronunciarlo si todavía quieres vivir para leer Alas negras), que es la Primera Ministra de Ucrania. Como dos gotas de agua, de verdad.
La Presi Lekaiel me cae bien, parece una tipa honrada. De Uba ya sabemos que va a tener protagonismo (lo dijo Laura Gallego en un chat del año pasado, y este primer capítulo lo confirma) pero no me acabo de formar opinión sobre otros ángeles del Consejo como el mordaz Radiel o Adanael. A lo mejor tienen mucha importancia en el resto de la novela, a lo mejor no vuelven a aparecer. ¿Sabremos más cosas de los ángeles? ¿Cómo viven, durante cuanto tiempo, sus relaciones, sus orígenes...? Yo ya tengo una teoría: cada vez que alguien hace una rima terminada en -el, un nuevo ángel nace en el mundo; de lo contrario no me explico cómo todos tienen unos nombres tan parecidos. No me imagino a una madre ángel llamando uno por uno a sus hijos a comer: más que un grito, parecería un soneto. ¡Tanta rima debe acabar agobiando!
Me intriga saber en qué estado se encontrará Marla cuando la encuentren, si es que la encuentran. Seguro que no ha necesitado ni cinco días para ponerse a dar órdenes a todos los demonios, y al final hasta el mismísimo Satanás le llevará el té en tacitas de porcelana. La chica es mandona, en el Infierno y en la China Popular.
Y bueno, hasta aquí el primer capítulo. Yo ya he empezado a almacenar latas de Coca-Cola en mi habitación para el tiempo que me dure la lectura, y en el caso de que mi abuela se olvide de traerme los dos bocatas de chóped diarios, he guardado una reserva de salchichón en el armario. Lo cierto es que ahora mi ropa a-pes-ta, pero por lo menos me aseguro de que nada me sacará de mi cuarto mientras leo Alas negras. Mañana es el día. Espero que el laxante en la cafetera de la sala de profesores haga efecto y así pueda empezar a leer el libro después de que anulen todas las clases del día. La alternativa es inventar una amenaza de bomba, pero la última vez fingí tanto el acento ruso que la secretaria me pilló. Queda descartado.

Kit imprescindible del lector de Alas negras:
  1. Bebida (lo menos diurética posible, que el camino al baño puede ser tortuoso) para dos días.
  2. Pinzas para los ojos (si la cafeína no es suficiente, hay otros modos de mantener los párpados abiertos. No se lo recomiendo a aquellos que le tengan cariño a sus pestañas).
  3. Bocatas de chóped elaborados por la abuela y, como ser friki no significa ser insaludable, también hay que tener en cuenta otros alimentos que cubran las necesidades básicas. Por ejemplo, ganchitos. Eso sí: hay que comerlos con tenedor, que luego dejan pringue.
  4. Subrayador y post-its para marcar los fragmentos clave.
  5. Alas de fuego a mano, para consultar cualquier dato.
También se recomienda NO entrar al MSN Messenger hasta finalizar el libro, que siempre está el típico graciosete que te destripa el final en el nick. Si alguien se pasa de listo y te suelta un espóiler a bocajarro, véngate secuestrando a su gato.

Posdata: Mañana os cuento cómo me fue en la compra del libro. Por favor, libreros, ¡tengan una ambulancia preparada en la puerta! No respondo de mí mismo.

sábado, 11 de abril de 2009

De portadas va la cosa

Ay que alegría me llevé cuando Laura Gallego contó lo de Paolo Barbieri. Y eso que
  1. a mí la portada de Alas de fuego ya me gustaba mucho, no veía necesidad de cambiarla (como sí ocurre con cofcof muchos otros).
  2. no tenía ni la repajolera idea de quién era Paolo Barbieri.
Pero ¡demonios! Un artista con un nombre tan sonoro tiene que ser bueno por narices. Además, que viene de la tierra de Leonardo, que fue el primer friki de la historia (creando tendencia, ¡así se hace!). Me tenía que caer bien por fuerza.
El caso es que las portadas tardaron un montón en salir ("que ya salen ya salen... bueno, no...", "están a punto... ¡bueno, tampoco!"; más que una portada, Laura Gallego parecía estar retransmitiendo un parto de mellizos), pero vaya que si merecieron la pena. Yo no sé con cuál me quedo, si con la de Alas de fuego o la de Alas negras. Vale, sí, lo sé: prefiero la de Alas negras, pero las dos molan demasiado y puede que mi espera obsesiva tenga un poco que ver.
No me gusta, eso sí, que las dos portadas se parezcan tanto. Una es la Ahriel qué-hago-yo-aquí-pudiendo-estar-tomando-el-sol, la del cepo en la espalda, la encogida. La otra es la Ahriel de (digo yo, que todavía no he leído el libro) hoy-estoy-que-me-salgo. Y vaya si se sale, que no le caben las alas en portada.
Friki que soy, no dejo de preguntarme por la repentina mayúscula de Alas de Fuego, mientras que Alas negras es negras y no Negras. ¿A qué se deverán estos cambios de una edición a otra? ¿La mayúscula es algo que se gana con los años, como la experiencia? No lo sé, pero apuesto a que si se lo comento a mi psico-analista me envía al manicomio de cabeza (no tengo psico-analista, es broma: es la clase de cosas que cuento para rebajar la tensión, ahora que estamos todos un poco histéricos porque se avecina el ¿desenlace?).
Lo cierto es que me viene de perlas tener una imagen tan guay de Ahriel, tan original, porque con la anterior me metía diariamente en problemas. Yo llevaba la portada forrada en la carpeta del insti a modo de Enseña Friki Autosuficiente, pero mis compañeros no me tomaban en serio. Más bien, se pensaban que tenía la típica foto de tía buena idéntica a la del resto de carpetas de los no-frikis.
-¡Pero si es Ahriel! ¿Es que no la reconocéis, engendros de pacotilla?
-Sí, lo que tú digas -soltaba el [INSERTA EL NOMBRE DEL IDIOTA DE TU CLASE]-. Yo a Pamela Anderson le llamo Omino Bianco. Así mi madre se mosquea menos cuando ve los pósters de mi habitación.
Pues menos mal que [INSERTA EL NOMBRE DEL IDIOTA DE TU CLASE] nunca ha entrado a mi habitación, porque fliparía en colores con el póster de Ahriel que he colgado. Ahora sí, claro, porque las portadas de Paolo Barbieri dan mucho juego. Ahí me quedo yo, empanado, mirando al ángel de las alas sucias. Siempre y cuando mi abuela no me pille a media plegaria, que enseguida me sale con el rollo de "a tu edad...". ¡A tu edad no sabíais lo que era un póster, abuela! Lo único que ponías en la pared era un grabado del homo neanderthalensis, lo más moderno de tu época!
Quedan tres días. Si no sobrevivo, id a leer el libro a mi tumba. O esparcid mis cenizas en la imprenta, lo que os de más rabia.

jueves, 9 de abril de 2009

Repasando Alas de fuego

Quedan cinco días de ná para la Gran Fecha y lo tengo todo listo:
  1. Camiseta friki para comprar el libro. Vale, tengo la camiseta blanca, lo que no tengo es la frase. Había pensado Ahriel, quiero un hijo tuyo o Gorlian Break, pero ya no me gustan. ¿Se te ocurre alguna frase guay? Se aceptan propuestas.
  2. Avatar de Alas negras en el Messenger, Tuenti y Gmail para ir creando ambiente. Cómo se salen los dibujos del Paolo Barbieri.
  3. Lista B para la abuela. Aparte de mi lista de tareas para el Día D, le he pasado otra a mi abuela. Sólo espero que no la intercepte mi madre o estoy perdido. Entre otras cosas, le explico que me tiene que llevar a la habitación dos bocatas de chóped al día. Así sólo tendré que levantarme del sillón para ir al baño.
  4. Carta postal para Laura Gallego en la que le pido que escriba la continuación de Alas negras. Me da igual que sea un final cerrado, ¿y qué? Como ya la he escrito (una vez tenga el libro no hay tiempo que perder) me las he dado de marisabidillo explicándole punto por punto porqué el libro necesita continuación. Sí, pese a que no lo he leído. Pero eso ella no lo sabe, ¿no?
  5. ¡¡¡Releer Alas de fuego!!!
Ayer lo terminé una vez más, pero voy a intentar releerlo de nuevo antes del día 14. Me en-can-ta. Destripodestripodestripodestripodestripodestripo Primero con esa Ahriel tan fría, tan ausente, que parece más bien una autómata que un ángel (o que los ángeles son un poco autómatas, tal vez). Luego Marla que es una sucia traidora y el nigromante, y el cepo, y tatatachán que la protagonista acaba en medio de Gorlian sin su espada y con una decepción de aupa. Jopé, imagínate, si la chica era su protegida y luego se las ingenia para encerrarla. ¡Menuda pieza!
Me encanta el hundimiento de Ahriel. A ver, no me malinterpretes: no es que me alegre, pero es que es muy humano, muy real. Ella no se hace humana por amar, no, eso es después. Se hace humana porque pierde la dignidad, porque la despojan de todo lo que tenía antes, y es por caer tan bajo que empieza a sentirse como los demás. Bueno, supongo que habrá interpretaciones mil. A mí me parece de las mejores evoluciones de personajes de Laura Gallego.
Un personaje que me encanta es Bran. Es algo así como la sabandijilla que todos dejan estar porque no molesta, y el tipo es listo y sobrevive.
Y más destripodestripodestripodestripodestripodestripo El caso es que se enamoran, pero a fuego lento y no se dan cuenta hasta el final, qué típico. Cuando es... demasiado tarde.
Ahriel se mosquea mazo y empieza a soltar espadazos a diestro y siniestro, hasta la mismísima guarida del Rey de la Ciénaga. Y ahí descubre que más que rey es príncipe... y para ser príncipe, es un poco rana (tú me entiendes. Porque has leído ya Alas de fuego, ¿no? Si no ya estás yéndote). El entuerto va a más porque mientras tanto, en el exterior, la princesa Kiara está intentando vencer a Marla y va a fiarse del mayor pelapatatas del mundo, un tal Tobin. Y Tobin es un $#¡@%& de narices y acaban todos en la prisión. Al final salen, luchan contra un demonio y la mala de Marla acaba cayendo por un agujero lleno de espantos. Fin. ¿Fin? De ninguna manera.
  1. ¿Dónde está el hijo de Ahriel? ¿Ha heredado algún atributo de su madre? ¿Es tan feo como su padre? ¿Es niña?
  2. ¿Cómo llegará hasta Marla? La sinopsis de Alas negras deja entrever un reencuentro. ¿Ahriel le pegará la colleja que se merece esta cría?
  3. ¿Quién gobierna Karish en su ausencia? ¿Sabremos algo más sobre los padres de Marla?
  4. ¿Por qué Bran y Tobin son tan distintos? ¿Reaparecerán de alguna forma en la segunda parte?
  5. ¿¡POR QUÉ LAURA GALLEGO HA TARDADO TANTOS AÑOS EN ESCRIBIRLA!? ¿¡POR QUÉEEEEEEEEEEE!?
Ay que no resisto. Y encima los de Idhun.net han publicado una crítica, ellos que ya lo han leído. ¡Quiero que el libro llegue ya a Alicante! Ni que fuésemos Teruel, demonios. Sobreviviré. No dejéis de entrar al blog, por todos los demonios.

miércoles, 8 de abril de 2009

Este es el blog de un friki de "Alas"

Estoy histérico, y no es para menos. Llevo exactamente cinco largos años esperando la continuación de Alas de fuego, que para qué voy a decir que es de Laura Gallego si ya lo sabe todo el mundo. Antes de que te lo preguntes: yo era fan desde antes de Memorias de Idhún, que me gustó, y mucho, pero no es mi libro favorito de la autora. Si tuviese que crear un ranking el bronce se lo llevaría Dos velas para el diablo, la plata El coleccionista de relojes extraordinarios y el oro, tatatachán, Alas de fuego.
Cuando leí ese libro apenas me acaban de instalar Internet en casa (mi abuela dice que la red es arma que carga el diablo, es muy antigua la pobre) y se me ocurrió buscar información sobre Laura Gallego (al principio usaba Yahoo!, ¿cómo podía vivir sin Google?). Me salió la web oficial y yo, emocionado, entré al apartado de noticias. ¡Y acababa de sacar nuevo libro! Bueno, no era tan reciente, pero ya llevaba semanas en las librerías y yo corrí a comprármelo, leerlo, releerlo y ya puestos, leerlo una vez más. Yo, que ya había leído casi todo lo publicado por ella, aluciné con ciertas escenas (claro que luego lees Tríada y lo de Alas de fuego es pecata minuta), flipé con lo mala que era Marla (teodioteodioteodio) 
y quedé prendado del personaje de Ahriel, que tiene nombre de detergente pero se lo perdono, que bastante mal lo pasa el Gorlian. Desde entonces, Alas de fuego se convirtió en una de mis lecturas referencia, ese regalo comodín para todo quisqui que merece un buen libro. Cuando mi hermana me quita el mando de la televisión le llamo "engendro", desconfío de las bolas de cristal y ya no pienso que los cepos son trampas exclusivas para los animales terrestres. Vamos, que cambió mi vida.
Pero por todos los ángeles, tenía que tener continuación. Tenía, y si has leído el primer libro lo sabes. Lo sé yo, lo sabe mi abuela y lo sabe Laura Gallego, claro que ella tardó muchos años en reconocerlo (o, mejor dicho, en tener una buena idea para la continuación). Mi nick, de hecho, es un homenaje a eso-que-sabes-que-hay-al-final-pero-mejor-me-ahorro-por-ahora, lo más esperado de Alas negras, y que temporalmente fue bautizado como Brel en LauraGallego.com (lo único para lo que entro a los foros: leer fanfics de Ahriel). Así que aquí estoy, contando los días (¡si al menos supiésemos el día!), y deseando tener El Libro entre mis manos. La portada, de momento, me parece una pasada. Y menos mal que Laura Gallego se ha decidido al final a publicarlo, porque hace dos años, cuando fui a Valencia para la Feria del Libro, estuve a punto de secuestrarla retenerla ilegalmente para que me escribiese la continuación.
Ya queda menos. Si tú eres un friki como yo (o fan, o como prefieras llamarte) quédate aquí y leeremos el libro al mismo ritmo, porque pienso comentarlo punto a punto. No tengo ni idea de lo que me puedo esperar, de si me encantará o me decepcionará, pero la disección va a ser completa y no pienso dejar nada sin comentar (y ya puestos, cutre-ilustrar, que dibujo en la libreta de Historia del Arte). ¿Te quedas a leer Leyendo Alas Negras?