viernes, 15 de mayo de 2009

Adiós

Fue bonito mientras duró. Nunca había escrito un blog y la experiencia no ha podido ser mejor. Me hubiese gustado poder entrevistar a Laura Gallego para entrada final, ésta, claro que no debe estar muy contenta conmigo después de intentar engañarla para que firmase el contrato para la tercera parte. I'm sorry.
Me han pasado muchas cosas en este mes y medio. Todavía no puedo creer lo leeeeeento que leí el libro, y me río con el miedo -no reconocido entonces- a que me decepcionase. Me pregunto dónde estará en estos momentos la dependienta Andrea P. (sospecho que llevando flores al panteón de Corín Tellado), cuánto me habrá subido el colesterol -malo- después de cincuenta días a base de bocatas de chóped o si Bral será de esos fans a los que les dura en entusiasmo tres meses, para luego echar pestes de su antiguo fanatismo. Como sea así, hemos terminado. Yo no me tatúo "AHRIEL" en la nalga izquierda si no es porque voy a ser friki hasta el final de mis días.
Pero lo he pasado bien, y estoy muy agradecido por vuestros comentarios :-) es más, ¡por vuestros comentarios sin espóilers! Me habéis animado a seguir día a día -o cada dos días, que era aproximadamente el ritmo de este blog- y para vosotros han sido todas las historias y viñetas. Ojalá os haya gustado.
Me despido con planes de futuro. Este verano cogeré la mochila y me lanzaré a los bares europeos. He decidido convertirme en una especie de profeta ahrielético. Si Tom Cruise pudo vender la moto de la cienciología, fijo que vuelvo a casa con un millar de afiliados al ahrielismo. Deseadme suerte.

jueves, 14 de mayo de 2009

Cosas de Cosa: el cómic

Yo no me voy sin hacer justicia a este personaje.

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martes, 12 de mayo de 2009

Y acabé

Ay Ahriel de mi vida, qué haré sin ti. Me siento triste, abandonado, igual que un fan que se quedó con ganas de la secuela de Mandrágora. Cinco años de mi vida esperando esta continuación y ahora que la he leído encuentro menos sentido a mi existencia que un engendro de Gorlian.
Ya he leído el Epílogo, y no diré qué he llorado porque vais a pensar que soy una nenaza pero se me han escapado algo así como veintisiete lágrimas (una más en el ojo izquierdo, lo que me hace sospechar que soy un zurdo sentimental). El epílogo podía ser prescindible, pero ¿cómo si no nos hubiésemos enterado de lo que venía después? ¿cómo celebrar por fin la victoria sobre los malos? ¿cómo dar a la prota y su retoño un poco de paz?
Estoy satisfecho. Mentiría si dijese que tenía reticencias con este libro. Esperaba algo tan grande como Alas de fuego y qué cosas, me he encontrado con un libro mucho mejor. De hecho, tengo que hacer sesiones con mi psicólogo porque Alas negras me ha gustado tanto que ahora miraré a la primera parte con ojeriza. ¡Es que la continuación es condenadamente buena! Se notan los idhunes, los diablos y hasta las saras que ha habido en medio (yo encuentro un parecido razonable entre Furlaag y el entrenador, qué queréis que os diga).
No sé qué decir sin caer en el sector pelota, que yo tengo mucha autoestima y no consiento que me digan que no tengo criterio. Voy a hacer una lista con lo mejor y lo peor del libro, para que no se diga:

Lo mejor de Alas negras
  1. El reencuentro Ahriel-Zor. El hecho de que no se produzca hasta el final sólo lo mejora. ¡Pero qué genial! ¡Yo también querría esa madre!
  2. Cosa.
  3. El giro argumental con el ángel-vínculo-que-te-pillo. De verdad: este tipejo entra en el auténtico panteón de los malosos de Laura Gallego, al lado de Kirtash, el Maestro y Nevado. No sé a vosotros, pero ese copito de nieve siempre me resultó siniestro.
  4. Cosa.
  5. Sharlorak, con su "sorpresita" incluida.
  6. Cosa.
  7. El plan de Marla y Furlaag, ¡menuda pareja! Y yo me comí el timo con patatas.
  8. Cosa.
  9. Los personajes nuevos, Loco Mac y Ubaokfgorg4pjiopgriopjg430'4.
  10. Y naturalmente, Cosa.
Lo peor de Alas negras
(no va a ser todo fiesta, ¿qué se creían?)
  1. Que la portada del libro no la haya dibujado Marcelo Pérez, el artistazo de Tríada. ¡Es broma! Dios mío, por supuesto que es broma. Sólo de pensarlo me han entrado sudores fríos. Me encanta Paolo Barbieri.
  2. Que haya tardado cinco años en salir.
  3. Que no tenga pinta de tener continuación. ¡Arf!
Estoy muy satisfecho con el libro. ¡Jopé, me gustaría decir cosas malas para no parecer un pelota pero no me salen! Quizá me hubiese gustado que Cosa acabase con alguien, no sé, como Ubanaziel, pero no sé si el Guerrero del Ébano sería suficiente para ella. Me da que no. Ni él, ni el niño, ni el Loco Mac ni nadie.
Cuanto te haces muchas ilusiones con algo, corres el riesgo de decepcionarte. Eso mismo me pasó con el Actimel de fresa, que luego acabé odiando, o El hobbit, porque mi amigo Marcos me dijo que era una versión masculina de Alas de fuego y menudo chafón me llevé. Ahora ya sé que mis amigos utilizan el truco de "se parece a Alas de fuego" para engancharme a sus frikadas, pero ya no funciona desde que mi amiga la monja usó la misma excusa para que fuese con ella a misa.
Sin embargo, me hice muchas ilusiones con Alas negras y el libro me ha gustado todavía más de lo que esperaba. Mola mogollón. Según mi novia, este libro es uno de los mejores de la historia. Yo no lo diría así: más bien, la historia empieza después de este libro. Estamos en el año 1 d.A.N. ¡Esta Bral nunca será suficiente fan!
Me da penita despediros, así que voy a retrasar ese momento. Todavía os tengo preparada una sorpresita, así que estad atentos al blog. No sé a qué santos insisto con avisar de los espóilers, porque creo que todos terminastéis el libro hace tiempo, pero yo seguiré erre que erre. Os prometo que con vuestros comentarios os habéis ganado un puesto en la Lista Buena de Fans. No seréis el Número Uno, ¡pero seguro que os conformáis con estar entre los cien primeros!

domingo, 10 de mayo de 2009

El nononosisisí

Brel, traga aire. Piensa en lo que te diría el psicólogo de no existir sólo en tu cabeza. Que respires y tal.
Creo que ya sé lo que sintieron los franceses cuando decapitaron a María Antonieta, o la vez que los rusos vieron cómo Amstrong pisaba el astro lunar: "recoger los bártulos, que esto se acaba". Así me siento yo.
Después de leer el decimocuarto capítulo de Alas negras, me siento como una olla a presión. Soy todo emociones, que el último capítulo tiene todo y mucho más. Voy a ordenarme las ideas con los momentos estelares (selecciona para leerlos. ¡A ver si te crees que te voy a destripar la historia gratuitamente!):
  1. Muerte de Marla.
  2. Muerte de Ubafrgipooigoigot434g3iopjfe3.
  3. Reaparición de Kiara.
  4. ¿Reencuentro? de Ahriel y Zor.
Empezamos por el primer punto. De verdad, ¡ES QUE ESTOY EUFÓRICO! Estaba claro que tenía que acabar pasando y cuando ha pasado estaba tan histérico que no lo he podido asimilar, y lo he tenido que leer otras tres veces. He gritado con tanto entusiasmo (del bueno) que mi madre ha venido a la habitación y ha estado a punto de quitarme el libro de las manos. Claro que entonces ha visto el altar con velitas que le preparé a Ahriel, y le ha dado tal mareo que se ha ido a descansar al sillón del salón. No sé cómo no he tenido reflejos para taparlo, pero ahora tendré que inventarme una excusa para cuando despierte.
Uba muere, y con él siento que desaparece un pedacito de mi inocencia infantil. ¿Por qué, POR QUÉ? Es todo tan cruel, taaaan siniestro... ¿pero de verdad se puede considerar a El Malo un ángel? Malo no, peor. De verdad, le hubiese enviado al Infierno de no ser porque ya estaba allí. No he llorado con la muerte, pero no ha sido por falta de pena: es que después de pasarme cinco horas seguidas releyendo la escena de la muerte de Marla, ya no me quedaban más fluidos lagrimales para echar por los ojos.
Para potente la reaparición de Kiara, ¡qué grande! En Alas de fuego era una secundaria. En Alas negras paso a bautizarla la Secundaria Jet Set, porque qué clase latía. ¡En el momento clave, ni un segundo después! Ya que hace el viaje con sus soldados que aproveche y conquiste el reino, que tampoco pasaría ná.
Pero si hay un momento, un mo-men-to, ese es obviamente el del encuentro de Ahriel con Zor (que diría reencuentro, pero ¿cómo, si ella ni siquiera conocía el nombre del pimpollín? Lo reconozco, le he echado un ojo al epílogo, pero es que no me podía resistir más. ¡Qué bonito es todo! Aunque si yo fuese Zor, me preocuparía un rato: tener una madre es guay, pero también tiene su lado negativo. No te deja comer ganchitos en la bañera, y también te obliga a salir de tu habitación el día de Navidad. En fin. Me queda sólo el epílogo. Me muerdo la lengua para no decir lo que pienso del libro, porque hasta que no llegue a la palabra FIN no pienso dar mi veredicto definitivo. Mientras tanto, gracias por leerme.

sábado, 9 de mayo de 2009

Trece

Yo pensaba que Marla era mala. Lo era, sí, pero pfff.
Creí que Furlaag era peor. Qué malo. Y sí.
Pero es que lo de Naradel no tiene nombre. Es el más malo de todos los malos del libro, el más malo de la bibliografía de Laura Gallego, es retorcido y se aprovecha de la flaqueza de Ubafljdfgfoirrfo para intimarle. Es horrible. Es cruel. Me quedo corto.
El capítulo XIII se llama Vínculo, y no os espoileo con el título porque 1) no os va a sugerir nada a menos que vayáis al mismo ritmo que yo y 2) ¡tengo la sensación de que sólo quedo yo para terminar el libro! XD Hay que daros las gracias a los que comentáis, que os mordéis la lengua entrada a entrada. Así da gusto leer comentarios, gracias :-)
Lo que no da gusto ni de lejos es lo de El Malo (con mayúscula, no menos) que me había hecho pensar que era un bueno de narices y menudo chafón me he llevado al comprobar que nada más lejos de la realidad. Pero es un giro increíble, muuuuuuy retorcido, y admito que mi vena sádica ha disfrutado leyendo esta resolución argumental. Si viese a Laura Gallego otra vez le preguntaría cómo lo ha hecho para crear este personaje, pero me temo que la escritora debe estar un poco reticente a responder a mis preguntas después de mis múltiples intentos de secuestro retención involuntaria o el contrato para que escriba la tercera parte. ¡Si no fue para tanto, jopé! ¡Sólo un compromiso legal, nada más!
Y digo que El Malo es un malón porque ya me imagino lo que va a suceder en el capítulo siguiente: que Ubadregrtgtr muere. Me dirán que es una novela y que estas cosas pasan, pero no soporto que siempre caigan los mejores. No sé, podría morir Kendal. ¿Quién lloraría por Kendal? Su madre, nadie más. O el tío de Marla. Sería una muerte justificada, o al menos de relleno. Esos son buenas opciones. ¿Pero Los Personajes Que Más Me Gustan? No, eso no. Nunca.
Pero prueba de que soy un alma justa, no me importa renunciar a Ubaedgre5t4gr con tal de que sobreviva Cosa. La cosa (juajajaja. Vale, ya basta. Es un chiste nalo) es que hace unos capítulos estaba convencido de que Laura Gallego se la iba a cargar, y ya estaba preparando mi pancarta-protesta para la ciudad de la horchata (mi novia Bral, que siempre me supera en todo, dice que la última vez que se manifestó se subió a una avioneta con mensaje. Que lo de pancartas en la calle es tirando a cutre) pero mejor espero a terminar el libro para no meter la pata. Para ver si luego acierto, voy a hacer una lista de personajes que no me importaría ver muertos:
  1. Loco Mac: que sí, que es divertido y entrañable, ¡pero no pasaría nada si le matasen con un rayo láser en la última página!
  2. Kendal: soso hasta decir basta.
  3. Marla: sencillamente SÍ.
  4. Todos los ángeles y todos los demonios: porque estoy CANSADO de la promoción de la nueva de Tom Hanks.
  5. Zor y Ahriel: Al final, para vivir con Bran en el Otro Lado.
  6. Chris Tara: porque nunca es tarde.
Está claro que no me queda mucho para responder a estas preguntas. Un capítulo. Un mísero capítulo. Entiéndase mísero por maravilloso 0:-) atentos a la próxima actualización. Esto se acaba, ¿o no?

miércoles, 6 de mayo de 2009

Glup

Trago saliva porque esto se acaba. Menudo bajón. Era tan bonito cuando todas las páginas se amontonaban a la derecha... incluso cuando estaba partido por la mitad. Pero ahora noto cómo he dejado el grueso a la izquierda, porque no me queda mucho por leer. Acabo de terminar el capítulo doce.Este fan, El Fan, tiene que admitir que no se aclara con las puertas. No es que el libro lo explique mal: es que es demasiado complicado para mi cerebrito friki, quizá atrofiado por culpa de tanto ganchito. Ya no sé cuáles necesitan la ayuda de un ángel, cuál la de humanos, ni dónde están, ni cómo son... ¡me hubiese gustado más información al respecto, todavía más! Vale, sí, lo admito: los fans somos insaciables (y ya no digo El Fan), pero me fiaré de los de Idhun.net que apuestan por la pista de las puertas interdimensionales.
Tengo que admitir que patiné con mi teoría de Shalorak. Yo pensaba que era hijo de un demonio y un humano (un demonio y una humana, o viceversa. ¡Se entiende!) pero no ha sido hasta un poco antes de la resolución cuando me he dado cuenta que tenía que ser un engendro. Mi cara ha sido de cuadro abstracto. Ni siquiera se puede decir que Laura Gallego repita recurso (por eso de, llamémosle, Cosa) porque él y ella son completamente distintos. Absolutamente. Y yo lo siento, pero prefiero a mi amada. Un hurra por la escritora, que sigue dando giros. Si encima me llega a firmar el contrato, le declaro mi amor eterno.
Avanzando hasta el duodécimo capítulo, tengo que admitir que el papel de Ahriel en la batalla me ha dejado bastante chof. Siento que no aporta nada, claro que yo nunca he sido muy fan de las batallas en los libros (me gustaría más una frase del tipo: "Empezaron a luchar, se mataron casi todos y ahí terminó la batalla" que veinte páginas de asaltos y mandobles. Pero es algo personal. Como soy un poco gore, hubiese preferido que en la batalla de Aleian, Ahriel se sacrificase por Uba, ya que "para qué voy a vivir si mi retoñico la ha palmado". Esto estaría cargado de emoción, ¡menudo susto! Porque claro, el lector sabe que el niño está vivo. Pero ella no. Para estresarse y no parar.
Lo que me ha gustado un montón de estas últimas escenas es la lógica con la que se va resolviendo todo, desde las pistas que ya veían venir lo de Shalorak (si eres lo suficientemente listo, y seguro que no falta el que dice que lo supo desde la página 10. No seré yo) hasta lo del colmillo que mantiene el hilo con el Infierno. ¡Brillante!
Me quedan dos capítulos (y ojalá que epílogo) para terminar. No sé si podré. Por ahora me está gustando mucho, muchísimo, y no es que pensase que Laura me fuese a decepcionar. Es que... es genial. No sigo que se me empañan los ojos.

Posdata 1: Pues os lo creáis o no, en la Feria del Libro de Valencia conocí a la editora de Laberinto, ¡y me dijo que leía mi blog! (lo enlazan desde alasnegras.es, así que tiene que ser verdad). Jó, qué ilu.
Posdata 2: Creo que os debo una explicación sobre Bral. Y también a ella, porque no le gustó mi penúltima entrada. El caso es que somos novios. Nos leemos Alas de fuego en el parque y jugamos al Trivial de Gorlian. No sé cómo llegamos a esto. Creo que fue cuando un idiota de la cola dijo que el único libro bueno de Laura era Memorias de Idhún. Ahí nos encendimos los dos, y empezamos a tirarle cosas (la organización nos paró cuando Bral le arrojó una silla a la escápula. Sé cómo se llama ese hueso porque después no enteramos que se le había roto). De ahí al amor, sólo necesitamos un paso.

lunes, 4 de mayo de 2009

Mi encuentro con Laura Gallego, ahora sí

Siento haberme retrasado esta vez, pero ayer estuve toda la tarde en Santa Pola. Ocupado. Feliz. Pero imagino que querrás saber cómo me fue en la firma con Laura Gallego. Pues adelante.
Laura (o Lau, si tienes tanta confianza como yo) llegó pronto, lo que provocó la histeria de todos. Ahí estaban los góticos y los pijos. Las madres y las hijas. Los fans y El Fan, quiero decir, yo.
Porque no pretendo decir que haya fans de primera categoría y de segunda, pero ¡demonios! es obvio que sí. Un fan de tercera división es el que leyó Alas de fuego y-ya-leeré-Alas-negras-cuando-tenga-tiempo. Un fan de segunda es el que ha releído el primer libro y te puede soltar la cita más rebuscada en un looping del Dragon Kan. Un fan de primera ha leído el primer libro tropecientas mil veces, lo tiene subrayado, anotado, lo tiene en varias ediciones de tanto que lo ha gastado, celebra santa Ahriel y sospecha de los sapos cada vez que va a una ciénaga de excursión. Por eso me sentía El Fan cuando llegó mi turno en la cola.
-¿Cómo te llamas? -me pregunta Laura mientras coge mi libro. Me sonríe. ¡¡¡A MÍ!!!
-Brel.
-¡Anda, como el del fanfic de Ale...!
-Como el de Leyendo Alas negras, punto.
-Sí, sí, claro -me sonríe otra vez y se pone a escribir la dedicatoria.
-Pon que soy tu fan favorito.
Laura ríe. Ríe porque sabe que es verdad, por supuesto.
-Pero ponlo, ¿eh? "Para Brel, mi fan favorito". Y pon también que soy muy guapo, y que piensas en mí cuando describes a Zor.
Laura no ríe más.
Una vez me ha dedicado el libro -¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SÍ!!!!!!!!!!!!!!!!!- saco de la mochila lo otro que tiene que dedicar.
-¿Esto para qué es? -pregunta sorprendida.
-Para mi abuela, pero no hace falta que pongas su nombre. Con que firmes basta. Y si pones tu DNI, mejor que mejor.
-¿¡MI DNI!? ¿PARA QUÉ?
Maldita sea, a Laura se le ocurre leer.
-"Yo, Laura Gallego García, con DNI _________, me comprometo a escribir la tercera parte de Alas de fuego en un plazo de seis meses". ¡Es un contrato! ¡Pretendes que me comprometa por contrato!
-¿De verdad es un contrato? -me sale la risa nerviosa-. Qué bromista es mi abuela, je-je-jé. No lo ha hecho en serio.
En ese momento se acerca uno de la organización. Le habla a Laura, pero yo puedo oírlo:
-Disculpe, pero acaba de llegar un notario para un requerimiento. Dice que tenía una firma con usted y un tan Brel...
Ahí es cuando desaparezco. Pero no lo dejaré de intentar, lo prometo. Y ahora me tengo que ir. Vuelvo a Santa Pola. He quedado con una chica. Creo que ya os he hablado de Bral.

sábado, 2 de mayo de 2009

Enfrentamiento o sobre mi encuentro con Laura Gallego (i)

Estoy en un ciber de Valencia, concretamente Locutorio La colombiana, embutido entre una rusa de cien kilos y un ecuatoriano que tiene la música de los auriculares a tope (la música es de Mozart; para todos los que creían que en el hemisferio sur sólo se escuchaba reguetón. ¡Prejuiciosos!). Estoy aquí porque tengo que contaros con urgencia mi experiencia matinal en la Feria del Libro de Valencia, tan cutre como la de mi ciudad, pero que tiene un rayo de luz con la presencia de la mismísima Laura Gallego. Ahí tenía que estar yo, naturalmente.Porque el autobús me ha traido a la ciudad a las nueve de la mañana, he sido de los primeros en llegar a la firma. Vale, ya sé que dije que pasaría la noche en tienda de campaña, pero os juro que los policías llamaron a mi madre para recordarle que el parque de Viveros cierra por la noche. Qué vergüenza pasé ayer, que tuve que volver a escuchar la bronca del año pasado.
-Es que sólo me haces sufrir... es que no se te puede sacar de casa... es que todo el día Laura Gallego por aquí, Laura Gallego por allá, ¿¡PERO POR QUÉ NO VES LA TELE COMO TU HERMANA!?
Hubiese matado a mi hermana en ese preciso momento, cuando bajó ligeramente la SuperPop para echarme una mirada de suficiencia. Algún día tendré que dedicarle una entrada a la engendro, que muy poco tiene que ver con, llamémosle, Cosa.
El caso es que la policía municipal de Valencia ya me tiene fichado y no querían que volviese a trasnochar en el interior de los jardines ("Es muy peligroso que estés ahí. Los drogadictos no tienen cabeza para escuchar tus rollos durante más de diez minutos, y tenemos que velar por su seguridad") de modo que he tenido que coger el primer autobús del día Alicante-Valencia y correr a la Feria en cuanto parase el conductor. Todo sea por estar el primero en la cola.
Pero no.
Alguien se me había adelantado esta vez.
No era Andrea P., aquella dependienta que seguramente ha pagado un detective para encontrarme (hubiese sido un giro inesperado, sí. ¡Andrea P. en la cola de Laura Gallego, reencontrándose conmigo! Pero no tendría coherencia: ella es más de Corín Tellado).
Tampoco era el detective. Que yo sepa, no existe ninguno.
No era mi abuela tampoco, en plan fan-encubierta-que-no-se-atreve-a-decírselo-a-su-nieto.
Tampoco era mi profesor de Lengua, el que dijo que todo lo escrito después del Siglo de Oro puede considerarse basura.
Ni siquiera era Elvis, en plan resucitado.
Era una fan, una simple fan, la fan más horrible y desagadable que ha visto jamás ese metro cuadrado del planeta Tierra. ¿La razón? Me quitó el puesto número uno.
-Imagino que vendrás a que Laura Gallego te firme el libro -me dice con una sonrisa hipócrita. Tiene la misma edad que yo, es rubia, ojos azules y con un extraño peinado con tupé. Parece un poco hippy.
-Pues sí. Soy el mayor fan: he venido desde Alicante.
-¿Desde Alicante? -le suena a broma-. Yo vivo más lejos, en Santa Pola.
¡Por unas kilómetros de distancia me gana!
-Pero seguro que no has leído tantas veces Alas de fuego como yo. Cuarenta y dos, una incluso del revés -¡supera eso, niñata!
-Lo he leído cincuenta veces. Incluso me lo forré con plástico para leerlo bajo el agua. ¿Cuántas veces has leído Alas negras? Yo doce.
¿Cómo decirle que todavía no lo he terminado, que lo leo poquito a poco?
-Lo he leído trece veces -¡toma mentira!-. Y me lo he grabado en audio-libro para escucharlo mientras duermo.
-¿Ah, sí? -la chica sonríe, y algo trama-. ¿Y qué te pareció la escena final, cuando Ahriel...?
-¡CÁLLATE, DEMONIOS! -me he puesto histérico. ¡Menuda metedura de pata!-. Podrías estropearle el desenlace a otros fans.
-Pero si no hay nadie. Estamos sólos tú y yo.
Era verdad. Qué error.
-Pero hace viento. A lo mejor escuchan lo que dices desde el principio del parque, y yo no querría eso. ¿Cómo te llamas?
Urgente: cambiar de tema.
-Bral, ¿y tú?
¿¿¿Hasta en el nombre tiene que parecerse???
-Brel.
-Vaya, como el fanfiction de Alexia. O como el copiota ese del blog de Leyendo Alas negras: menudo cantamañanas. Si es tan fan, ¿por qué no escribe apenas en el foro de LauraGallego.com?
-A lo mejor no quiere encontrarse con ciertas cretinas -respondo a mala leche, refiriéndome a ella-. Seguramente le guste más el rollo independiente.
-O a lo mejor es tonto -replica con una sonrisita en los labios, como si supuese quién soy yo.
Pero en ese momento se pone a sonar su móvil. Y no tiene el politono de Sara y las Goleadoras, no. Tampoco suena Beyond, de Chris Tara. Para mi deleite, lo que suena en el móvil de esta friki es una canción cantada por ella misma, pero la letra es la que compuso servidor.
-¡Ajá! -exclamo.
-Puedo explicarlo.
Bral está sufriendo. ¡Se siente acorralada! Además no encuentra el móvil dentro de su progre bolsa de la FNAC. Ahí suena ella, cantando eso de "¡Ay qué mala eres, Marla!". ¡Qué ridículo ha hecho la chica!
-¿La letra no es del blog de ese chico...? ¿Cómo se llamaba? ¿Brel?
-Puede. En Internet se encuentra mucha basura.
Pero ya no se muestra orgullosa. La tengo en mi trampa, muajajajajajaja.

La rusa se acaba de levantar. El ecuatoriano sigue a mi lado, dale que te Mozart. No puedo despedirme sin comentar el capítulo diez, Enfrentamiento, que también podría servir para describir mi encuentro con Bral. Primero quiero escribir una protesta demoniaca, y es que no entiendo que los demonios respeten los muros de Karish pero al resto de habitantes de Karishia que les den morcillas. ¿No se supone que Marla protege a todo su reino? ¿Por qué entonces sólo se salva la "capi"? Pues si los demonios salen el Infierno me voy corriendo a Madrid, porque como el ataque me pille en Arahuetes del Señor las voy a pasar canutas. ¡Un cero por Marla y los demonios! ¡Más respeto a los pueblos, narices!
Pero reivindicaciones al margen (soy de Alicante, ¿qué pasa?) estoy alucinando pepinillos en vinagre con la relación Shalorak-Marla. ¡Es tan especial y repulsiva! Bueno, me tranquiliza ver que la chica tiene algo de remordimientos (seguro que es mejor persona que Bral, y como leerá esto, ¡QUE SE AGUANTE!) pero ese tipo me da muy mal rollo. Teoría de capítulo diez: Shalorak es hijo de un humano y un demonio, igual que Zor es mestizo pero de ángel. Creo que voy a acertar, pero quién sabe. Es demasiado perfecto para ser una persona, y demasiado cabrito para ser ángel. Esperaré a leer el final para salir de dudas. ¡Me voy corriendo al McDonalds, que quiero volver a la firma de esta tarde! Sí, ya sé que no he descrito mi encuentro con Laura Gallego, pero eso merece entrada aparte. Un adelanto: ha dicho que sabía quién soy (y seguro que no sabía quién era Bral, MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJÚ).